Cuando me preguntan por Calixta siempre se me viene a la mente el concepto familia. Me considero afortunada de ser una más de la camada en la que esta palabra no pierde vigencia ni esencia. Calixta es punto de encuentro en las ferias de libros, es la casa en la que sabes que te recibirán con una sonrisa, son historias que te tocan, son letras vivas, son sueños en papel.

Encontré en Calixta y en sus libros un lugar seguro. Con ellos aprendí sobre feminismos, sobre las conversaciones que debemos estar dando las mujeres hoy día. Entendí la importancia de las historias para acercanos a las realidades. Lloré, reí. Aprendí sobre música y el país en donde vivo. Leí mujeres colombianas, tesas y magas en el arte de escribir. Y quiero seguir leyendo, porque aquí, sin duda, siempre voy a encontrar una buena historia.

Calixta da voz a decenas de escritores que hacen parte de una nueva generación que llegó para demostranos cuánto nos falta por explorar en nuestro patrimonio cultural. Me emociona leer nuevos autores y perspectivas sobre la literatura colombiana y descubrir el inmenso talento que hay en nuestro país.

Calixta es una editorial que le guardo un cariño muy especial. Esto se debe a los libros tan maravillosos que he podido encontrar, dan fe del gran talento que hay en este país y son el claro ejemplo de que debemos apostar por leer también a los nuevos escritores.

Desde que descubrí a Calixta Editores encontré el refugio ideal para disfrutar de autores colombianos y dejarme cautivar con sus plumas desde todos los géneros. Me encanta que Calixta sea una familia y podamos compartir ese amor por los libros para que cada uno sea una experiencia diferente.

Leer los autores de Calixta es una de las experiencias más gratas que tengo en mi día a día, no solo porque puedo apoyar el crecimiento de la literatura colombiana, sino porque en cada palabra se nota que la editorial se toma el trabajo de encontrar a los mejores escritores y los apoyan para que crezcan.

Hace varios años llegué a Calixta, una editorial pequeña, independiente, con mucho por aprender y con un montón de sueños e ideas. En ellos encontré una familia de gatos que siempre tienen mucho amor para dar a sus lectores, autores y a sus libros. Creo que esas son las principales razones por las cuales me encanta leer libros de la editorial, porque se siente el amor y el deseo de cada vez ser mejores, además de contar con una calidad humana que te hace sentir parte de ellos. Leer literatura colombiana nunca fue tan emocionante y diverso como cuando lo lees en Calixta.

Las editoriales son espejos, marcan el norte y terminan siendo mapas de lo que es cada lugar como sociedad. Una forma de entender todo es leyendo, entendiendo que la sombra del gato también es gato, que la luz orienta y los silencios enseñan. Calixta es espejo, uno muy genuino, regalan contextos e historias que nutren el colectivo, definen lo que somos. Con libros de cada rincón del país. Hay muchas preguntas, cada vez surgen más y en los libros de Calixta encontramos respuestas. Una manada que a los malos tiempos y a los silencios les imprime belleza.

Leer a Calixta es sacudir el alma ante un testimonio de luchas y resistencias, desencajarse la mordida al oler las fauces del monstruo fantástico que ahora notas que te persigue. Es agitarse ante el erotismo de un par de miradas, sonrojarte al reconocerte en una historia infantil y aparecer en la escenografía de un clásico, todo con un toque nuestro, colombianísimo. Es poder de todo, menos quedarse indiferente.

Tengo la fortuna de conocer más de una faceta de Calixta Editores, por eso -como lectora- sé que encontraré y podré recomendar historias novedosas, de géneros diversos, para todos los públicos y tipos de lector, pero lo más importante, hechas con muchísima pasión y amor por parte de todo un grupo editorial que se preocupa por dar a conocer el inmenso talento que hay en Colombia y Latinoamérica, por visibilizar autores que se vuelven parte de tus amigos y de los que siempre estás esperando nuevas historias que te hagan sentir el corazón contento.