Llevo años editando, leyendo libros de escritores nuevos, he leído novelas de terror, historias de ciencia ficción, grandes romances, dramas desgarradores y fantasías increíbles. Leer es una de las cosas que más felicidad me da en la vida.
Debo contarles un secreto, algunas veces, con algunos libros, cuando termino de editar me embarga un sentimiento que no logro describir por completo, pero es sobrecogedor, tanto, que termino llorando, no puedo contenerme. Me siento humilde y poderosa –al mismo tiempo– de poder leer, editar y llevarle al mundo ciertas historias. Esto me pasó con Antes del Juglar, de Jorge Ignacio Garnica, una novela corta, pero tan potente, que es muy difícil resumir en un par de párrafos el efecto que produce.
Quizá debamos hablar primero sobre el Realismo Mágico. ¿Qué es el Realismo Mágico? «Es un movimiento literario y pictórico del siglo XX que intenta mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano o común. Su objetivo no es el despertar emociones, sino expresarlas, siendo, además, y sobre todo, una actitud frente a la realidad». Nuestro maestro en este movimiento fue Gabriel García Márquez, y su obra Cien años de soledad es conocida como la exponente cumbre del género.
Y sin entrar a decir, por supuesto, que Garnica es un García Márquez, aunque vaya uno a saber el camino que recorrerá este gran escritor y a dónde lo llevará, sí puedo decir que Antes del juglar es un digno representante de esta corriente literaria. Este libro narra la historia de Guido Demian, un fabricante de pianos vienés de tercera generación, que construye junto a su padre un instrumento musical al que bautizan acordeón. Tras la muerte de su padre, el misterioso artefacto empuja a Guido a una travesía azarosa que habrá de llevarlo, en enrevesadas circunstancias, hasta el otro lado del mundo, a una tierra de música y embrujo: las costas del Mar Caribe. A través de una trama que combina hechos ficticios con lugares y eventos reales, la historia narra cómo Guido Demian y su instrumento musical son arrojados a una vorágine alucinante, presas del influjo de los sueños, para finalmente encontrarse con el Juglar Mítico, y con la génesis misma de la música de acordeón.
Antes del juglar es una de esas obras que llegan de cuando en vez, se asientan en el corazón del lector y nunca se quieren ir. Jorge Ignacio Garnica, luego de una concienzuda investigación, unió sus dos pasiones –la música y la historia– y las hizo viajar por el mar Caribe. Una ficción histórica que bien parece escrita en el siglo XIX por su métrica, su poesía y su cadencia, no en vano el fundamento de la obra es la música, pero es la magia con la que entrelaza el contexto histórico, completamente verificable, con eventos casi místicos, lo que termina por tejer una bellísima manta indígena, que te cubrirá para siempre. Este es el sentimiento que queda en el alma tras leer Antes del juglar.
América Latina está llena de magia, usualmente la pasamos por alto, nos perdemos entre las malas noticias, entre el dolor, y no somos capaces de ver la fantasía que habita en cada uno de los rincones de estas tierras puras. La literatura nos devuelve la magia, plumas como la de Garnica nos permiten descubrir la tempestad que somos los latinos y la fuerza que llevamos dentro.
