Juan Manuel Hernández es un abogado colombiano, máster en Derechos Humanos, al que por las venas le corren dos cosas: fútbol y alcohol; como todo escritor, sus pasiones se ven reflejadas en su obra. En 2018 lanzó su primer libro, una recopilación de cuentos de realismo sucio, titulada 21 Grados, donde el sabor a vodka se queda contigo hasta varios días después de haber terminado de leer.
Este mes de abril, en el marco de la 33ava Feria del libro de Bogotá se lanzará su primera novela: Confesión de un Barra Brava, que cuenta la historia de ‘Houdini’, miembro de una de las barras más importantes y peligrosas de Colombia. Por su amor al Equipo y a su grupo de fanáticos, se pone en contra de todos y de todo, y vive siempre con la posibilidad de ser asesinado en manos de un miembro de otra barra o algún policía. Ahora, acusado de ser el responsable de la muerte del amor de su vida, es encerrado por dos detectives privados que quieren obligarlo a confesar a base de toda clase de torturas. Esta novela, contada en primera persona, es ultraviolenta y tan real, que al lector le duele, lo siente en cada letra.
Yo siempre he sido una gran aficionada al fútbol, mi pasión comenzó en casa, mi abuelo era un hincha acérrimo de Club Independiente Santa Fe y mi abuela de «mi Millonarios del alma»; ver el clásico con ese par, es de los mejores recuerdos que tengo de infancia. Mi afición por el equipo siguió creciendo, sobre todo en mis épocas universitarias, cuando los domingos iba al estadio y cantaba con la hinchada hasta que me dolía la garganta. Alentar a tu Club es lo mejor, pero lo que no entiendo es qué es lo que tiene este deporte que hace que las pasiones se calienten con tal fervor que terminan en peleas, estaciones de Transmilenio destruidas y, muchas veces, muertes infames.
Eduardo Galeano decía: «¿En qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales», él mismo escribió en 1995 Fútbol a sol y a sombra, pero en general han sido pocos los escritores que le han dado a este deporte un cupo dentro de las estanterías de las librerías. Borges, por ejemplo, lo llamaba «la cosa estúpida de los ingleses», y la increíble inglesa Virginia Wolff llegó al punto de comparar la presencia de una mujer en un estadio con la de un judío en un campo de concentración, aunque claro, eran otras épocas. En Colombia, el fútbol es una pasión como ninguna otra, pero en materia de literatura es uno de los temas más relegados. Encontramos, por supuesto, a Jerónimo García Riaño, que publicó en 2017 la novela El día de los dos goles, una historia que se enmarca en el momento en el que Rincón empató –con la Selección Colombia– a Alemania en el mundial de Italia en 1990.
Quizá lo que marca una diferencia profunda en la novela que entrega Hernández con otros enfoques literarios sobre el fútbol es que usa las grandes características del aficionado acérrimo al deporte –el amor, el odio, el orgullo, la injusticia, la sed de venganza, la rabia, la ambición, la cobardía, la violencia, el culto al dinero– y las deja conectarse con una historia real, desconcertante y profundamente colombiana.
Sin lugar a duda, un libro recomendado, te guste o no el fútbol.