El 2% de la población mundial padece de “The Hum”, un zumbido que suena como a un avión muy alto que no termina de irse y que puede afectar a las personas de formas que van desde el insomnio hasta el suicidio.
Ese trastorno es el que padecen las mujeres de “La suma de todos los ruidos”, la novela en la que Sebastián Krieger presenta un rompecabezas de tres vidas femeninas en tres momentos distintos, aunque pueden ser leídas también como la vida de una misma mujer en tres etapas diferentes.
El primer relato, que ocupa dos tercios del libro, es la historia de Ale, una motociclista que deja Rosario (Argentina) para emprender un viaje por Suramérica. En capítulos cortos y organizados de una forma que no es cronológica, se presenta una especie de “road movie”, muy visual, con descripciones muy bien logradas de parajes desérticos, de ciudades como Guayaquil, Salta o Chimbote, del Chimborazo y Atacama, en las que Ale acelera su motocicleta como huyendo de sí misma, para regresar al final al mismo apartamento de sus padres y ver su imagen reflejada en la ventana.